En la vida de un CEO, un día cualquiera incluye un sinnúmero de actividades como citas con clientes, junta con el consejo de accionistas, entrevistas con periodistas, planear un viaje, dar un discurso en un evento de la industria, recibir a un directivo internacional, comida de negocios, cena familiar, entre otras. Parece casi impensable cubrir toda su agenda en un día que sólo tiene 24 horas.
Pero llega un momento en la vida de todo Director General en que es necesario tomarse un descanso y darse un respiro para continuar con éxito la función de convertir a la empresa en un referente en su industria. El Día.- D ha llegado, esta decisión no se puede postergar más, hay que tomar vacaciones.
En la realidad, tomar días de descanso se convierte en una decisión difícil de tomar, debido a que en ocasiones el CEO y otros puestos directivos sienten que la compañía no puede estar sin su presencia, que son indispensables para la continuidad del negocio o quizá no han aprendido a delegar responsabilidades a su equipo de trabajo. No es que estén ausentes un año, pero faltar un día se vuelve angustiante para algunos directivos sino aprenden a soltar el trabajo y encomendar tareas relevantes a sus ejecutivos.
Esta situación se ve reflejada en la encuesta realizada por la empresa Regus, la cual destaca que del total de trabajadores mexicanos que laboran en su periodo vacacional, 39% trabajará entre una y tres horas diarias, mientras que el 25% lo hará más de tres horas. Esto significa que en vez de frotarse bloqueador solar, caminar por la playa, nadar en el mar o turistear por la ciudad, muchos contestarán llamadas, correos electrónicos y realizarán tareas importantes durante su tiempo libre, aun cuando sea el de sus vacaciones.
Según cifras actuales de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) el número de adictos al trabajo en México es uno de los mayores en el mundo. Esta adicción se caracteriza por la necesidad de control, urgencia de hacer varias tareas a la vez y vivir bajo presión y en una prisa constante. Esto se traduce en una radiografía del estilo de vida de muchos capitanes.
Ante este panorama y basado en mi experiencia, te sugiero probar las siguientes estrategias dentro de tu organización con el fin de formar un óptimo equipo directivo, desarrollar una comunicación efectiva, así como permear en tus colaboradores los pasos a seguir ante contingencias y toma de decisiones en tu ausencia:
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1. Empoderamiento: Se basa en delegar poder y autoridad a los ejecutivos y transmitirles el sentir de que son dueños (y responsables) de su propio trabajo. Es un proceso por medio del cual se maximizan las capacidades, destrezas, habilidades y competencias del capital humano.
2. Trabajo en equipo: Es una combinación de comunicación, coordinación y equilibrio de los aportes y talento del personal. Se amplían conocimientos, se cuentan con diversas opiniones, mayor motivación y la participación favorece la aceptación de las decisiones en pro de la compañía. En la multitud de consejeros esta la sabiduría.
Entre sus ventajas se encuentran la satisfacción, el apoyo, la eficiencia, la innovación, la unidad y la creatividad. Esto requiere que el equipo directivo tenga un cuidado especial para la coordinación de su equipo de trabajo, así como detonar los talentos e ideas de cada uno, en base a coach, seguimiento y retroalimentación de resultados.
3. Procesos: Los objetivos de negocio se pueden alcanzar más eficientemente cuando las actividades y los recursos relacionados se gestionan como un proceso. Es responsabilidad de la Dirección General dotar a la organización de guías, sobre todo las que tocan al cliente, para cumplir con la misión y acercarse a la visión establecida.
Trabajar bajo procesos bien delineados y específicos permite a la empresa mantener el nivel consistente de excelencia en el servicio, continuidad del negocio cuando un talento se va, e impulsar la eficiencia y productividad.
Estos tres pilares ayudarán a la empresa a funcionar óptimamente, además de que el CEO contará con talentos de excelencia. Y por cierto tendrá más tiempo personal para disfrutar de sus vacaciones, desarrollarse profesional o personalmente, así como descansar cuando tenga un resfriado.
La Madre Teresa de Calcuta mencionó: “Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”. Durante mi experiencia como Director General, aprender a soltar y a confiar ha sido un camino complicado pero necesario para ser exitoso.
Rodearse de gente talentosa y comprometida desafía día a día a ser mejor e innovar. Conviértete en un CEO estrella, experimenta dentro de tu organización el empoderamiento, el trabajo en equipo y los procesos, y disfruta los beneficios durante el viaje de tus sueños.