Al reconocer esa individualidad es necesario implementar las neurociencias en las organizaciones, ya que a través del neuroliderazgo, los líderes pueden entender el funcionamiento del cerebro y adaptar sus mentes para enfrentar los últimos retos (liderazgo inclusivo, gestión multigeneracional, conexión emocional, etc.) Para desarrollar un mejor liderazgo y resiliencia.
Algunos de los conceptos utilizados en neurociencia aplicados al liderazgo en las organizaciones, son la inteligencia emocional y la neuroplasticidad (capacidad de cambiar y reasignar la mente); pero ¿cómo se conjugan la neurociencia y el liderazgo para el beneficio del líder y las organizaciones de hoy?
A continuación te muestro en mi opinión, tres aplicaciones de las neurociencia para mejorar el liderazgo y la cultura organizacional.
Bienestar empresarial
El informe Talent Trends 2021 de Randstad Sourceright señala que la salud y el bienestar se encuentran en el top de las prioridades en la gestión de talento, la neurociencia del bienestar en el liderazgo, brinda un plan de acciones orientadas a la mejora del estado del colaborador desde varios ángulos (física, mental y emocional). De esta forma se puede comprender sus necesidades (tiempo para sus actividades laborales y personales, reconocimiento de sus emociones y conexión emocional) para la mejora de su desempeño, compromiso y trabajo en equipo.
Conciencia y conexión
La conciencia en el neuroliderazgo apela al reconocimiento de los líderes sobre sus emociones y frustraciones, a la mejora en la observación del entorno y al uso de refuerzos positivos en la organización. La neurociencia explica que el cerebro acelera el proceso de aprendizaje al recibir un estímulo positivo; así que podemos conectar con los colaboradores mediante una palabra de aliento y/o una sesión de retroalimentación, así como mejorar el rendimiento del equipo y la organización mediante un mapeo constante del talento y áreas de oportunidad.
Regulación- Inteligencia emocional
La verdadera transformación ocurre en el nivel emocional, no en el nivel racional. Comprender y aprovechar las emociones que se experimentan, impulsa la efectividad de los líderes, ya que contextualizar los sentipensares personales y generales en la organización ayuda a la toma de decisiones objetivas y menos impulsivas que pudieran debilitar la conexión y rendimiento de los colaboradores.
El líder de hoy es un líder visionario que busca resolver problemas complejos dentro y fuera de la organización, por un lado debe tomar el timón de la marca y librarla de aguas turbulentas para llevarlas al éxito; y por otro, debe mantener el orden y progreso en la tripulación. Es así como la neurociencia entra en el juego para enseñarnos a buscar ese equilibrio e impulso.
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