Ha pasado más de un siglo desde que Guillermo Marconi en 1899 realizara una comunicación telegráfica entre Francia y Gran Bretaña; para que dos años después transmitiera señales atravesando el océano Atlántico.
En 1920, apareció la KDKA de Pittsburgh (EEUU), la cual nació como la primera emisora informativa y que trasmitió por primera vez un reportaje sobre las elecciones norteamericanas. Por su lado, México también puso su parte para el crecimiento de esta industria y en 1921, a través de Constantino Tárnava, se funda la emisora XEH.
Desde entonces, el crecimiento de la radio no ha parado y sigue en constante evolución conservando una temporalidad, un código comunicativo y un lenguaje propio. Luego de que la radio fuera oída por un reducido número de personas únicamente en un lugar fijo, hoy pueda ser escuchada por millones a nivel mundial gracias a la globalización y a internet. Hoy podemos oír programas radiales de todo el mundo, en todos los formatos y en todos los idiomas, convirtiéndose en un abundante menú que muchas veces nos pierde en sus inmensos manjares.
Breve historia de la radio en línea
El primero en poner “al aire” a través de Internet una estación de radio fue Carl Malumund en 1993. La estación de Malumud usaba una tecnología llamada MBONE (IP Multicast Backbone on the Internet). Mientras que hacia febrero de 1995, nace en California la primera radio por Internet de tiempo completo: Radio HK, la cual transmitía música de bandas independientes.
Actualmente, estaciones de radio por internet utilizan la tecnología de servicios web de proveedores para hacer webcast 24 horas al día. Las aplicaciones clientes de webcast permiten que un usuario conecte con un servidor, que está distribuyendo el webcast.
En el año 2003, se lanza Windows 2003 Server, lo que facilitó que miles de oyentes puedan conectarse a una transmisión única, en forma estable y con calidad de sonido que puede alcanzar hasta 128 kbps, lo que logró que el sonido de una radio online se ponga a la par con una radio FM tradicional.
Crecimiento digital
El surgimiento de los primeros formatos de archivos multimedia, como mpeg, mpeg2 y mp3, ofreció compensaciones aceptables entre compresión, calidad de sonido y portabilidad.Esta portabilidad se casó perfectamente con los teléfonos inteligentes y tabletas, permitiendo a los oyentes llevarse cantidades de música antes impensables a cualquier lugar. Lo cual benefició a distribuir programas de radio grabados, conocidos como podcasts.
Los podcasts como los conocemos comenzaron en 2004, cuando Adam Curry y Dave Winer diseñaron un programa llamado iPodder para descargar transmisiones de radio a los iPod de Apple. Y así nació el término podcasting, de iPod y broadcast.
Durante más de una década, los podcasts se consideraron básicamente programas de radio que grababas y distribuías para escucharlos en iPods (u otros reproductores MP3). Debido a la naturaleza original y la ubicuidad de los iPod, cuando Apple introdujo el soporte nativo en iTunes para ellos, el formato se abrió más allá de los nichos que ya lo conocían. Eventualmente, Apple separó iTunes y los podcasting, incluida una aplicación de Podcasts dedicada en iPhones, así como la creación de un servicio de Apple Podcasts para creadores.
Fue entonces cuando empezaron a llegar a más personas. La gente podía simplemente abrir sus teléfonos, hacer clic en Podcasts y recibir recomendaciones sobre por dónde empezar.
Y al mismo tiempo que todo esto sucedía, YouTube también se estaba convirtiendo en el segundo motor de búsqueda más grande del mundo, así como en uno de los sitios de mayor consumo de medios en Internet. Y a pesar de ser una plataforma de video, la gente no solo consumía contenido de video allí, los archivos de audio estaban ahí para todos los audiófilos.
Futuro de la radio en línea
Las formas radicales en las que Internet ha cambiado todos los medios tradicionales, no menos la radio, desafiaron los modelos de consumo, de modo que ahora cualquier persona y en cualquier lugar del mundo puede acceder instantáneamente a todos y cada uno de los medios. Cambios en la sociedad tan poderosos que incluso los imperios mediáticos reacios eventualmente se verían obligados a adaptarse y conocer las nuevas formas en que sus consumidores querían acceder a sus opciones de entretenimiento.
Basado en la columna “Telecom y Medios” de Gabriel Sosa Plata, El Universal; México, 2018.
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