El rol de la imagen en política
En política, la imagen es un recurso, un instrumento, una herramienta, un proceso y un método para acceder al poder; para competir por él; para ejercerlo y para conservarlo. La imagen política debe ser utilizada de manera estratégica, oportuna y eficiente y la calidad de la misma, depende precisamente del poder que pueda generar, es decir, de la incidencia, liderazgo, dominio , distinciones, oportunidades y seguidores leales que produzca.
En síntesis, la imagen política es un conjunto de mensajes susceptibles de ser comunicados y que, al ser percibidos de forma positiva, permiten al actor político definir y orientar la percepción de un público objetivo, así como distinguirse y posicionarse con respecto a sus competidores.
Poder, política e imagen
La imagen política es un recurso, que utilizado de manera inteligente, eficiente y estratégica, sirve para distinguir a un actor político de sus competidores y ampliar las capacidades de competencia, posicionamiento, diferenciación y rentabilidad electoral. De igual manera, los políticos utilizan su imagen para formar, negociar, conducir y desarrollar relaciones de mutuo beneficio con los ciudadanos, las organizaciones, los grupos de intereses y otros actores políticos.
La imagen política es el resultado de un proceso de promoción, difusión y comunicación que le permite al actor político presentarse ante la ciudadanía y proporcionarle la información que requiere para que sea seleccionado entre las distintas opciones en competencia.
La falta de credibilidad y confianza en los políticos, y el descrédito del gobierno y de las instituciones políticas son el resultado de la mala percepción que los ciudadanos tienen de la política, y particularmente, de los partidos y de los actores políticos. De ahí la importancia de que la imagen de la política sea óptima para transmitir confianza, certidumbre y credibilidad a la ciudadanía.
La imagen refleja:
Ante todo, debe quedar claro que hablar de imagen en política no es una cuestión meramente estética. La eficiencia y calidad de la imagen política residen en la permanencia de un actor como líder, acorde a un público objetivo, a una meta social, al cargo al que aspira o bien a la envestida que detenta.
¿Cómo construir una imagen política?
La metodología para construir una imagen en política es fundamentalmente similar a la que se utiliza en otras áreas de trabajo, es decir, sigue 4 pasos básicos:
Sin embargo, el modelo de imagen política de un actor político está ligado y fuertemente influenciado por el partido político que representa. El partido incide en el actor, sea candidato o funcionario, ya que un partido es un grupo con una historia común, con un programa y un ideario que determina su fuerza, influencia y recursos.
Modelo de imagen política
El modelo de imagen política que se utiliza actualmente se divide en 7 aspectos primarios, cada uno de los cuales tiene diversos ámbitos interrelacionados. Dicho modelo, además, está vinculado a una estrategia, misma que determina la prioridad, alcance y duración de las acciones a realizar.
1. Aspectos políticos
Un político es un representante del liderazgo de servicio, por lo cual es importante proyectar la imagen de una persona con la habilidad de cuidar sus alianzas, sus vínculos con grupos u otros actores; que cuide sus compromisos, fije prioridades y actúe con miras a proyectos de largo alcance. Además debe atraer el interés de las masas, mostrarse como un negociador eficiente y saber conducir a los grupos, agregándolos en torno a su proyecto social. Es importante persuadir, sin faltar a la verdad y la honestidad.
Ante la oposición, la fortaleza del político no puede estar a discusión, por lo cual, se le exige mantener una actitud sobria y digna. Los opositores son siempre reales y los aliados no lo son, hasta haberlo comprobado, por que en política, muy frecuentemente, los intereses cambian y suelen imponerse sobre los valores.
2. Aspectos hieráticos
Los valores que la sociedad percibe en un político como parte de su imagen están relacionados en primer lugar con la confianza y la credibilidad. La verdad, la honestidad y la integridad son parte imprescindible de su reputación y prestigio. Entre otras cosas, nadie debe dudar de su nacionalismo, su sentido de pertenencia, identidad y orgullo por lo popular.
El político tiene la responsabilidad de mostrar sensibilidad y alto sentido de la tolerancia. Más que nadie, el político está comprometido a mostrar solidaridad con los grupos marginados y ser guardián de la pluralidad y la diversidad ideológica de estos tiempos.
3. Aspectos psicológicos
La emoción ha prevalecido siempre sobre el raciocinio en la determinación de las preferencias políticas, de tal forma que la imagen política siempre se enfoca en formas de percepción ligadas a la emotividad de las mayorías. Es importante cuidar que su aspecto y su manejo en los medios de comunicación lo proyecten como un ser humano sensible, con carisma y también con una gran capacidad de autocontrol frente a los comentarios negativos de los adversarios.
El político actual debe ser un comunicador muy efectivo, un motivador que se convierte en el difusor central de las emociones; ser una persona extrovertida, adaptable, flexible, empática, optimista y asertiva, para que la gente desee verlo, oírlo, estrechar su mano o abrazarlo. Este deseo es un buen parámetro de medición para saber si nuestra estrategia de imagen funciona adecuadamente.
4. Aspectos sociales
El prestigio social se gana con reconocimiento. Para un político es importante mostrar un cierto arraigo e identidad en torno a la comunidad. Haber realizado alguna labor social, así como ser una persona altruista, dedicada a causas y movimientos en apoyo a personas con capacidades diferentes, adultos mayores o sociedades benefactoras, cuenta mucho para la presencia del actor político, el conocimiento que la gente tenga de su calidad moral, de su trabajo, de sus antecedentes, de la historia de su familia y la personal.
En las estrategias políticas, la comparación es una premisa básica que pretende ante todo capitalizar las fortalezas de la imagen de un actor, minimizando las debilidades y haciendo lo contrario con un adversario, de tal modo que las virtudes se magnifican a grado superlativo, esperando que el impacto de los defectos no afecte en nuestra contra la percepción de los ciudadanos.
5. Aspectos físicos
La primera impresión que se tiene de un político resulta fundamental para formar una percepción favorable. La presencia, vestuario y estética son características que debemos observar a detalle y buscar que sean las más adecuadas. A veces incluso es necesario actuar para hacer a un candidato menos brillante y más común, más cercano a la ciudadanía.
La imagen verbal también es importante en materia política: el dominio de la voz y la contundencia en la oratoria política son recursos imprescindibles para que la gente comprenda el mensaje, lo crea, lo asimile y lo recuerde. Se deben evitar los discursos largos y tediosos, así como las frases retóricas y complicadas; es más probable tener éxito cuando se dan cifras precisas y sustentamos nuestras afirmaciones en hechos conocidos y validados por el público, al igual que cuando somos breves y sustanciales.
6. Aspectos mediáticos
Además de la imagen, un político requiere de un mensaje que represente su visión y proyecto particulares. Estos aspectos, son fundamentales gestionar de forma eficaz su imagen en los medios de comunicación y las plataformas digitales y sobre todo construir una imagen política sólida y resiliente, capaz de atraer y mantener el apoyo en un entorno mediático en constante cambio.
- Media Training: El entrenamiento de medios (media training) es un proceso mediante el cual los políticos son preparados para interactuar de manera efectiva con los medios de comunicación. Un político bien entrenado en medios puede transmitir sus mensajes de manera clara y persuasiva, evitando errores que puedan dañar su imagen pública.
- Gestión de la imagen pública: La gestión de la imagen pública implica la creación y mantenimiento de una percepción positiva del político entre el público. Esto ayuda a reforzar los aspectos positivos de la imagen del político y a minimizar el impacto de las críticas o controversias.
- Comunicación de Crisis: Una respuesta rápida y efectiva a una crisis puede reducir el daño a la reputación del político y demostrar liderazgo y responsabilidad.
- Estrategias de medios digitales: Las plataformas digitales permiten a los políticos llegar a un público más amplio, mantener un diálogo continuo con los ciudadanos y adaptar sus mensajes a diferentes segmentos de la población.
- Narrativa mediática: La narrativa mediática permite a los políticos destacar sus logros, valores y propuestas, mientras que también pueden mitigar el impacto de historias negativas o sesgadas.
- Transparencia y autenticidad: La transparencia y la autenticidad son esenciales para construir y mantener la confianza del público. Los votantes son más propensos a apoyar a políticos que consideran honestos y genuinos.
- Engagement en tiempo real: Este tipo de interacción permite a los políticos responder rápidamente a las inquietudes de los ciudadanos, adaptarse a eventos actuales y demostrar accesibilidad y receptividad.
- Medición y análisis de impacto: La medición y análisis de impacto implica el uso de herramientas analíticas para evaluar el alcance y efectividad de las campañas mediáticas y la percepción pública del político. Comprender qué mensajes y estrategias están funcionando permite a los políticos ajustar sus enfoques y mejorar continuamente su comunicación mediática.
Actualmente, es indispensable disponer de un especialista, para atender y preservar excelente relación con los medios y, en general, con todas aquellas personas cuya percepción favorable difunda la imagen y mensaje del actor político en todos los puntos de contacto. El uso de la voz y la presencia son vitales para mostrar la congruencia entre la imagen, el partido que representa, el prestigio personal, la actitud, el puesto al que aspira y la identidad de los ciudadanos que va a representar.
7. Aspectos relacionales
La imagen de un político será vinculada siempre con la de su familia y sus amigos, con su patrimonio, con sus antecesores, con otros líderes o miembros de su partido, con símbolos, mensajes, con la publicidad de su campaña, con sus asesores, con su equipo de trabajo, con sus posturas personales y con las ideas, causas y programas que defienda.
Por ello, resulta muy conveniente cuidar la exposición del candidato a situaciones en las que se le relacione con experiencias negativas de gobierno, con líderes o personajes de dudosa reputación que pudieran ser percibidos negativamente por los electores. La idea de que la imagen es percepción cobra particular interés en materia política. De manera que es fundamental una estrategia, una clara visión y sentido de la oportunidad, la táctica y la forma en que se hará frente a los adversarios.
Estrategias prácticas en la actualidad para construir una imagen política
- Redes Sociales: Las redes sociales son un aliado para construir una imagen política efectiva. Aprovechar canales como Facebook, X (antes Twitter), y YouTube, se vuelve una oportunidad para conectar con los votantes jóvenes y compartir el mensaje mediante contenido atractivo; personalizar la comunicación para diferentes segmentos de la audiencia y fortalecer la imagen como un político accesible y transparente.
- Marketing de contenidos:
- Blogs y artículos: Los políticos modernos usan blogs y artículos en sitios web propios o medios de comunicación para profundizar en sus políticas y presentar sus opiniones de manera más detallada.
- Podcasts y videos: Crear contenido multimedia como podcasts y videos también es una estrategia efectiva. Políticos como Justin Trudeau han aparecido en podcasts populares para llegar a audiencias más jóvenes y diversificadas.
- Storytelling: Narrar historias personales y experiencias es una técnica poderosa para construir una conexión emocional con los votantes.
La imagen política requiere de esfuerzo, disciplina y entrega constante a un proyecto de largo alcance. Cada elección es distinta y ofrece la oportunidad de aprender algo. El éxito depende de la transmisión de estímulos congruentes, integrales, totales, persuasivos que lleven al elector a tomar una decisión en nuestro favor.
Nada es más voluble que la opinión pública, y la que tiene que ver con la política lo es aún más. Un error por mínimo que sea puede echar a perder años de esfuerzo. Una foto inoportuna, una pose, un gesto o un franco descuido puede ser la diferencia entre ganar y perder.
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