Es un hecho que las empresas no sólo deben conocer a sus audiencias objetivo, sino también es necesario convencerlas que nuestro producto y servicio podrá satisfacer sus necesidades de forma más eficaz, comparado con la competencia. Para lograrlo, es necesario reflejar las soluciones, el prestigio de la marca o la excelencia en el servicio, a través de un buen posicionamiento.
La mejor estrategia para llegar a nuestra audiencia objetivo es a través de mensajes simples, enfocados directamente en cómo queremos que sea percibida nuestra empresa, producto o servicio.
El posicionamiento de marca se refiere a cualquier estrategia orientada a crear o mantener en la mente y en el corazón de las audiencias un concepto beneficioso del producto o servicio, establecer un vínculo emocional entre la empresa con su audiencia, haciendo uso de las diferentes disciplinas de la mezcla promocional. Una de ellas, las redes sociales, han permitido complementar las estrategias de marketing para alcanzar nuevos mercados y apoyar exponencialmente el posicionamiento de las marcas.
Pero… ¿cómo posicionar nuestra marca?
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ToggleComo muchas otras recetas, para asociar la marca con una serie de atributos y distintivos relevantes en la mente del consumidor, se podría simplificar en cinco sencillos pasos:
Conocer el mercado:
Si bien, en ocasiones nuestro mercado es muy extenso, no se debe perder de vista que quien lo conforma tiene necesidades distintas, por lo tanto, para iniciar el camino del posicionamiento, debes identificar los segmentos existentes. Estos segmentos pueden ir desde sociodemográficos, estilos de vida e incluso por su rol en el ciclo de compra.
Seleccionar la audiencia objetivo:
Una vez identificados los segmentos del mercado, selecciona al más atractivo y al cual puedas satisfacer sus necesidades de manera eficaz con tus soluciones. Para ello toma en cuenta cuál es el tamaño actual de dicho segmento en términos de ingresos y rentabilidad, además de revisar qué participación tiene la competencia.
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Identificar tus diferenciadores:
Es importante conocer qué hace diferente a tu producto, servicio o empresa. ¿Qué cualidades ofrece? Algunos ejemplos podrían ser bajo costo, servicio al cliente, herramientas propietarias, procesos únicos, entre otros. Cada marca cuenta con ventajas competitivas diferentes que al detectarlas permitirán desarrollar una propuesta de valor, con las razones que la respalden, lo cual provocará que dichos diferenciadores tengan credibilidad.
Desarrollar el plan de comunicación:
Difundir los diferenciadores de tus productos o servicios a las audiencias objetivo, es una actividad determinante ya que, con base en los análisis previos, debemos desarrollar los mensajes apropiados dirigidos a nuestros consumidores y seleccionar, adecuadamente, los canales de comunicación para difundirlos, sin olvidar que éstos deben transmitirse de manera continua y consistente, ya que no sólo se trata de fijar nuestra marca en la mente del consumidor, sino ganar ese espacio en su corazón para lograr un vínculo emocional, y así, a la hora de decidir qué marca comprar, la nuestra sea la elegida.
Monitorear el posicionamiento:
La vinculación de la marca y sus atributos, van cambiando con el tiempo debido a las reacciones competitivas, aunado a la sofisticación de los consumidores, que demandan nuevas cualidades y mayor interacción con las marcas. Es por esto que las empresas deben estar preparadas para mantener un posicionamiento de liderazgo, con el fin de mantener la lealtad de sus clientes y atraer nuevos compradores. Por lo tanto, las empresas deben contemplar algunas herramientas que permitan medir qué espacios ocupan donde leen, ven y escuchan sus audiencias.
La clave… focalizar los esfuerzos
Hoy en día existen tantos productos como compañías. El enfoque fundamental del posicionamiento no es partir de algo diferente, sino de influenciar positivamente lo que ya está en la mente, ordenar o priorizar las ideas existentes.
Dentro de las estrategias de posicionamiento es clave concientizarnos acerca de las necesidades de nuestra audiencia objetivo y no querer cubrir todo el mercado. Ya que así sólo destinaremos esfuerzos en segmentos no tan atractivos, lo cual nos arriesga a diluir la presencia en los segmentos clave.
La mejor estrategia para llegar a nuestra audiencia objetivo es a través de mensajes clave, enfocados directamente en cómo queremos que perciban a nuestra empresa, nuestro producto o servicio, pero sobre todo, deben ser mensajes consistentes y continuos para así mantener nuestra presencia ininterrumpidamente y escalar cada vez más hacia un lugar privilegiado en su mente. ¿Ya estás en la mente de tus consumidores?