Recuerdo la emoción que sentí cuando mi tía Alondra me regaló un ejemplar de El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry. Con sus ilustraciones en colores amarillo y café y su pasta dura, parecía un tesoro que debía ser protegido. Sin embargo, como apenas estaba aprendiendo a leer, mi abuela me lo leía por las tardes y, honestamente, no entendía nada. Años después, volví a leerlo y quedé cautivado por su simplicidad y profundidad.
El Principito, publicado en 1943, es uno de los libros más vendidos de la historia, con alrededor de 140 millones de copias y es el segundo libro más traducido del mundo después de la Biblia. Ha sido narrado en 475 lenguas desde su primera traducción al español por Bonifacio del Carril, y su edición por Emecé, gracias a sus enseñanzas sobre la empatía, perseverancia y humildad.
Un principito para líderes empresariales
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ToggleLa próxima semana, el 6 de abril para ser exactos, esta historia cumple 80 años de su primera edición. Y pensando en ello, me di a la tarea de tener un nuevo encuentro con él, en el que ahora descubrí que, además, tiene mucho que enseñarnos en términos de liderazgo empresarial.
Aunque la historia fue escrita como una obra de ficción, sus enseñanzas pueden ser aplicadas a la vida real, incluyendo el mundo empresarial. Estas son algunas lecciones que podemos aprender de esta historia.
1. La importancia de la observación
Me atrevo a decir que la mayoría de los personajes nos enseñan a ver más allá de las apariencias. La frase de “lo esencial es invisible para los ojos”, es un llamado a descubrir la verdadera esencia de las cosas y a encontrar lo realmente importante en las pequeñas cosas que, a menudo, pasamos inadvertidas.
Ser observadores y estar atentos a lo que sucede en el entorno, es clave, para un líder, porque nos permite aprender de los demás, reunir información, construir hipótesis más certeras y realistas, detectar oportunidades, identificar problemas y tomar decisiones informadas.
2. El poder de la empatía
Durante su travesía por varios planetas, el principito muestra preocupación por las necesidades de otros personajes, lo que le permite establecer conexiones profundas con ellos. Un líder tiene que ser empático con sus colaboradores, clientes y otros stakeholders, a fin de comprender mejor sus necesidades y expectativas y, por lo tanto, actuar en consecuencia.
Los negocios se mueven, principalmente, por personas; de hecho, ellas son la base de los mismos, así que como líderes necesitamos escucharlos y atender sus preocupaciones. ¿Cómo puede beneficiar la empatía? Un liderazgo empático contribuye a crear entornos de trabajo más positivos, aumenta la satisfacción de los trabajadores y la productividad de la empresa, e impulsa mayores tasas de éxito.
3. Nunca rendirse, siempre perseverar
Dice una frase de El Principito: “Es una locura odiar a todas las rosas solo porque una te pinchó. Renunciar a todos tus sueños solo porque uno de ellos no se cumplió”. Si hay alguien que sabe precisamente sobre el fracaso, la perseverancia y la negativa a renunciar, es precisamente un líder; y es que el mundo de los negocios no es nada fácil, y mantener una compañía en el mercado, siendo competitiva, requiere de gran esfuerzo y dedicación.
La perseverancia es una habilidad fundamental para construir un liderazgo exitoso, sobre todo en tiempos como los actuales, donde la competencia es cada vez mayor. Sin embargo, esa persistencia y tenacidad es, a menudo, lo que destaca y da valor a aquellos líderes que logran el éxito para ellos y su equipo.
4. Humildad, un valor empresarial
Cuando El Principito visita el segundo planeta, se encuentra con un hombre vanidoso y soberbio: “¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡He aquí la visita de un admirador!”, quien agita un sombrero con el fin de “…saludar cuando me aclaman…”. Y más adelante el narrador señala: “Pero el vanidoso no le oyó, porque los vanidosos solo oyen las alabanzas”. A lo largo de la historia, el protagonista nos muestra la importancia de valorar las cosas simples de la vida y a mantener los pies en la tierra.
Los buenos líderes necesitamos ser humildes para reconocer que no tenemos todas las respuestas, y que requerimos de la ayuda de otros para retroalimentarnos. ¡Ser humilde no significa ser débil! Por el contrario, practicar la humildad nos permitirá estar abiertos a nuevas ideas y perspectivas, lo que a su vez, nos ayudará a aprender, crecer y fortalecer nuestro liderazgo.
5. La necesidad de la creatividad
Sin lugar a dudas, la historia tiene el poder de despertar la creatividad del lector. Basta darse cuenta cómo el protagonista utiliza su imaginación para resolver problemas y encontrar soluciones a situaciones complejas.
En el mundo de los negocios, los líderes también debemos ser creativos y estar dispuestos a pensar “fuera de la caja”. Esto nos ayudará a encontrar soluciones innovadoras a los problemas que enfrentamos en el día a día y, por lo tanto, nos mantendremos competitivos en un entorno que está en constante evolución.
El Principito nos enseña lecciones valiosas sobre observación, empatía, perseverancia, humildad y creatividad que son fundamentales para el liderazgo. En un mundo cada vez más complejo y en constante cambio, es crucial cultivar estas cualidades para guiar a nuestros equipos hacia el éxito y construir empresas efectivas y sostenibles en el largo plazo.
Si aplicamos estas enseñanzas en nuestra vida diaria como líderes, podremos inspirar a nuestra tripulación a anhelar el inmenso océano de oportunidades que nos rodea. Como bien dice El Principito, “lo esencial es invisible a los ojos”, por lo que necesitamos una mirada atenta y profunda para descubrir las verdaderas necesidades de nuestro equipo y navegar hacia el éxito.
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